Conocer el motivo de la escritura es como conocer el rumbo
de nuestros pasos. No podríamos llegar a nuestro destino sin saber de antemano
a qué lugar nos dirigimos y de igual forma no lograríamos comunicarnos correctamente
sin conocer las razones que generaron dicha comunicación.
Y el lector, ¿afecta nuestro texto?
¿Es igual comunicarse con un hermano, que comunicarse con un
vecino? Acaso no seleccionamos los vocablos y las expresiones que utilizaremos
para adaptarnos a aquella persona con la que hablamos; de igual manera, al
escribir es imprescindible conocer de antemano a la persona hacia quien va
dirigido el escrito, conocer nuestra intención para escribir, aquello que
deseamos comunicar; para así poder adaptar nuestro escrito a su futuro lector y
que este pueda cumplir con su motivo.
¿Y qué pasa con la situación?
La situación en la que nos encontremos definirá enormemente
el contenido de nuestro texto. No es igual escribir una carta para
solicitar información sobre un evento x, que escribir una carta para solicitar
una beca. Por esto, conocer la situación en que nos encontramos, los quien,
cuando, donde y por qué, nos propiciara una herramienta extraordinaria para
guiar nuestras palabras hacia la intención deseada.
¿Pero dónde ha quedado nuestra ficha?
Que herramienta sería más idónea que una ficha de situación
de escritura para reunir y explicar nuestros motivos, nuestra intención, y la
situación actual en la que nos encontramos al momento de escribir.
Al realizar y comprender con exactitud esta prodigiosa ficha
seremos capaces de redactar el texto indicado en cada una de las diversas
situaciones en las que nos hallemos.
Alexander Javier Ferreiras
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